Por la
Dra. Parrilla
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos de EEUU (ACOG) acaba de emitir su “Practice Bulletin” #115, de agosto de 2010, sobre el parto vaginal después de una cesárea previa. El ACOG reconoce, en primer lugar, que el parto vaginal después de una cesárea (VBAC) constituye una meta válida para la mujer embarazada con una cesárea previa. En el plano individual, se reconoce que el VBAC está asociado a una reducción en las complicaciones maternas de un parto, así como a las complicaciones de futuros partos. A nivel de la salud de la población de madres y niños, el VBAC ayuda a reducir la tasa nacional de cesáreas, una meta básica en todos los países con tasas elevadas de partos por cesárea. Siendo Puerto Rico el país del mundo con la tasa de cesáreas más alta del mundo, este documento de ACOG es de gran importancia para nosotros.
Le reconocemos a ACOG que respondiera de forma rápida y clara a las conclusiones de la recién celebrada conferencia de consenso, de marzo de 2010, celebrada en los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU, en Bethesda, Maryland, y a la cual tuvimos oportunidad de asistir. El panel de expertos/as reunidos en NIH en esa ocasión reconoció que la evidencia científica recogida y allí discutida convierte la opción de parto vaginal después de una cesárea en una razonable para la mayoría de las madres embarazadas con una o dos cesáreas previas, e hizo un llamado a las organizaciones relacionadas a facilitar el acceso a la opción del parto vaginal después de una cesárea.
El documento de ACOG comienza estableciendo que tanto la cesárea repetida como el parto vaginal después de una cesárea conllevan riesgos maternos y neonatales. De ahí la importancia de reducir la tasa de cesáreas primarias en éste, y en otros, países. En aquellas madres que logran un VBAC, éstas se benefician de múltiples ventajas a su salud. Se han evitado una cirugía mayor, tienen menos hemorragias e infecciones y logran una recuperación más rápida de su parto, en comparación con las que sufren una cesárea repetida. Evitar las cesáreas múltiples, además, le reduce el riesgo de sufrir una histerectomía, la pérdida de la matriz, daño a la vejiga o al intestino, transfusiones de sangre, y los problemas graves de la placenta como son la placenta previa y la placenta accreta.
La probabilidad de lograr un parto vaginal después de una cesárea es de 60-80%. La preponderancia de la evidencia científica disponible sugiere que la mayor parte de las madres con una cesárea previa con incisión transversa en el útero son candidatas a un VBAC, y éste se le debe ofrecer. Pero el nuevo documento de ACOG añade información importante basada en evidencia. Es razonable considerar que las madres con dos cesáreas previas son candidatas para intentar un VBAC. La sospecha de que el bebé sea grande, por otro lado, no debe considerarse como una contraindicación para intentar un VBAC. Una duración del embarazo de más de 40 semanas no debe considerarse tampoco como una razón para no intentar un VBAC. La evidencia presentada establece, además, que en casos en que no se sabe el tipo de incisión uterina que se hizo para la primera cesárea el intento de VBAC no está contraindicado, salvo que haya un alto índice de sospecha clínica que la cesárea anterior se hizo por incisión clásica. Esta incisión, en la parte más alta del útero, se hace muy rara vez en la obstetricia moderna. Añade el documento en discusión que las madres con embarazos de gemelos pueden considerarse para un VBAC si los bebés no presentan de forma tal que el parto vaginal esté contraindicado.
La consejería de una madre con una cesárea previa que interese un VBAC debe incluir una discusión franca, tranquila y objetiva de los beneficios y riesgos del VBAC y de la cesárea repetida. No debe ejercerse presión o coerción para que la madre escoja la alternativa preferida por el médico. Esta consejería debe llevarse a cabo temprano en el embarazo, e incluso antes del embarazo. La evidencia acumulada apoya que el VBAC puede hacerse tanto en hospitales universitarios como en hospitales de la comunidad. Luego de la consejería, la decisión final sobre el próximo parto debe tomarla la madre en consulta con su proveedor/a. Toda la discusión debe quedar documentada en los expedientes del embarazo. Aunque el ACOG recomienda que el VBAC se intente en un hospital con capacidad de proveer cuidado de emergencia, esta recomendación realmente aplica a cualquier parto. La madre debe recibir información completa de las capacidades del hospital en que atiende su proveedor/a, y pudiera ser que lo ideal sea referirla a otro proveedor/a, o que ésta consulte a otro proveedor/a que trabaje en un hospital con mejores capacidades. Aún en casos en que el hospital de un proveedor/a no ofrezca opción de VBAC, esta política no debe usarse para obligar a una mujer a someterse a otra cesárea, o a negarse a atenderla porque la mujer rehúse aceptar otra cesárea. No hay lugar para la coerción ni para el violentar los derechos de una mujer.
Este nuevo documento es una gran noticia para las madres puertorriqueñas y para todos/as los/as que laboramos en pro de la salud de nuestras madres, niños y niñas
José J. Gorrín Peralta, MD, MPH, FACOG, FABM
Ana M. Parrilla Rodríguez, MD, MPH, FABM, EEMCP
Referencias:
1. Ob-Gyns Issue Less Restrictive VBAC Guidelines http://www.acog.org/from_home/publications/press_releases/nr07-21-10-1.cfm"target="_blank"
2. Vaginal birth after previous cesarean delivery. Practice Bulletin No. 115. American College of Obstetricians and Gynecologists. Obstet Gynecol 2010;116:450-63.
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